jueves, 8 de mayo de 2014

¿LA RECONOCES?





 


Así era Vinaceite a finales de los años 60. 

A partir de los años 70 se modificaría con la construcción de un muro. Así se evitaba que, a causa de la erosión del terreno, las casas del Barrio Alto y las del "Terrero" desaparecieran y, junto con ellas, el Ayuntamiento y la Iglesia. En el tramo que seguía a la Plaza Mayor, apenas cabían dos personas  y unos metros más adelante era imposible pasar al otro lado. La transformación sería radical con las obras, desapareciendo casi en su totalidad, con la desviación del río Aguasvivas, la frondosa alameda y sus huertos. 





Y así es en la actualidad.

Sólo añoramos algunos los grandes olmos, los chopos, un nogal, el latonero y otros árboles frutales de los pequeños huertos, donde se cultivaban también rosas en primavera y crisantemos para el día de Todos los Santos. Aquella alameda era una pequeña fuente de recursos. Se recogían hojas de olmo para alimentar a los animales, "hongos" (setas de chopo), moras y algunas cosas más. 

El río también cumplía su función social. Antiguamente, cuando no existía el agua corriente, las mujeres bajaban al río con un cántaro sobre la cabeza para recoger el agua. También se lavaba la ropa de casa y la lana de rellenar los colchones, tendiéndola después en el césped y las piedras que el río tenía a su orilla. En los pequeños cañaverales que crecían en su ribera se escondían las ranas, los sapos y las culebras. Todo ese espacio de vegetación se convertía en bosque; en un pequeño mundo para la imaginación infantil, donde jugábamos haciendo cabañas y pasando el río a carrerilla sobre las piedras.

Hoy en día, la avenida llamada José Ezquerra Berges, es el centro de la actividad del pueblo, donde se celebran la mayoría de los actos sociales al aire libre.

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